analisis del poema doña primavera de gabriela mistral
Contenido
En mi alma de niñita no contó Hércules como Goliat ni la Hermosa del Monstruo como Raquel, ni después Lohengrin, se me hermanó con Elías. Hubo en mi seso una abeja enviciada en cáliz abierto de rosa de Sarón, o sea, en miel hebrea, y es que el patriarcalismo, siendo un tiempo humano, fué especialmente un clima de Su América. Nada me costaba a mí, en el Valle cordillerano de Elqui, ver sentados o ver caminar, oír comer y hablar a Abraham y a Jacob. Después del recitado de mi abuela, bastante retardado, fundido de fervor, pues nunca lo ha dicho mecánicamente, aunque se lo supiese como la tabla de multiplicar, venía la parte menos interesante para mí. La angostura de su exigencia de abuela pedagoga.
Aliento angosto y anchoque oigo y no miro,almeja de la nocheque llamo hijo. Mi voz es despacio, como por una sordina de amor, y sucede que temo despertarlo. No sembré por mi troje, no enseñé para hacermeun brazo con amor para la hora postrera,en el momento en que mi cuello roto no pueda sostenermey mi mano tantee la sábana rápida. Y exactamente en qué huertas en flor, junto a qué aguas corrienteslavara, en primavera, su sangre de mi pena,si fui triste en las landas y en las tierras clementes,y en toda tarde mística hablaría en sus venas.
La Maestra Rural
Y lo bíblico, relato o canto, hay que tocarlo de manera directa, si bien sea en las traducciones; hasta magullado el espíritu de la lengua hebrea asoma en ellas aquí y allá, como los músculos de un prisionero entre el rollo de las cadenas. Toda traducción es una especie de cuerpo cautivo, o sea, mártir, pero es preferible siempre la traducción a un arreglo escolar de los cuentos. Vergüenza tanta nochey tanto río,y «tanta madre tuya»5,niño dormido.Achicarse la Tierracon sus caminos,aguzarse la esferatocando un niño. Aire insensato, estrellashirvientes, ríoterco, porfiado búho,sobre mi hijo.En la noche tan grande,tan poco niño,tan poca prueba y señal,tan poco signo. Siendo el amargo goce de que duermas abajoen tu lecho de tierra, y un hijo no mecierami mano, por reposar yo asimismo sin trabajosy sin remordimientos, bajo una zarza fiera. Ahora tengo treinta años, y mis sienes jaspeala ceniza precoz de la muerte. En mis días,como la lluvia eterna de los Polos, goteala amargura con lágrima lenta, salobre y fría.
Creador, bajo tu luz cantamos por el hecho de que otra vez nos vuelves la esperanza. Como los surcos de la tierra alzamos la exhalación de nuestras loas. Las madres contando batallas sentadas están al umbral. Los pequeños se fueron al campo, la roja amapola a cortar.
Lea mas sobre los mejores de canarias parroquia aqui.
analisis del poema doña primavera de gabriela mistral
Mi abuela no tenía nada de escriba sentado ni de diaconesa pegada a su misa. La vieja diligentemente iba y venía de la salita a la cocina, mejorando su dieta de enferma. Y en el momento en que volvía a sentarse, tampoco se quedaba en «mujer de manos rotas», como dice el refrán español. Ella vivía de bordar casullas y ornamentos de iglesias. Tampoco se me juntarían mis héroes judíos con las fábulas literarias ni aún con otras leyendas sus hermanas.
Quizá prendan en el alma de ciertos leyentes y quizá quiera proseguir leyendo sus versos. Vinimos los niños buscando por viñas, majadas y hogar. Y todos cantando se unieron y el corro hace el valle blanquear…
- En mi alma de niñita no contó Hércules como Goliat ni la Bella del Monstruo como Raquel, ni después Lohengrin, se me hermanó con Elías.
- Por David amé el canto, mecedor de la amargura humana.
Lea mas sobre mejores profesionales de aparcamientos aqui.
Le tremen en la mano gajos de salvia en flor. 30 «Deja los pasteles; ven a entibiarme el lecho».
Lea mas sobre los mejores de aragon aqui.