analisis del poema doña primavera de gabriela mistral
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De la tierra enferma 25 en las hondas fisuras, enciende rosales de rojas zapatetas. Manitas de los pequeños, manitas pedigüeñas, de los vales de todo el mundo sois dueñas. Pasta de nardos suaves, fasta de robles fuertes, le amasaron la cante rosa del corazón, y aunque es altiva y robusta, si miras bien adviertes un temblor en sus hojas que es temblor de emoción. De este lote de virtudes expresionales de la Biblia, parece que las que mucho más me hayan atraído sean la intensidad y cierto desposeo que no sólo separa el adorno, sino que va en desuello puro.
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Caperucita Roja
Caperucita es cándida como los lirios blancos… Le llevo aquí un pastel 10 y un pucherito suave, que deslíe manteca. Llora si quizá los nidos desojas, y si la testa del lirio mutilas, y si la oración despiadado que sonroja su acre veneno en tu boca destila.
Devoraba yo el budismo a enormes sorbos; lo aspiraba con exactamente la misma avidez que el viento en mi montaña andina de esos años. Eso era para mí el budismo, un aire de filo helado que a la vez me excitaba y me enfriaba la vida interna; pero al regresar, tras semanas de dieta budista a mi vieja Biblia de tapas resobadas, yo debía admitir que en ella estaba, no más que en ella, el suelo seguro de mis pies de mujer. Yo comprendía, con el mismo entender de el día de hoy, que Aquel a Quien se hablaba rindiendo cuentas, a Quien se pedía la fuerza para caminar y para solucionar, y para capitanear hombres, era el tremendo y despacio Dios Padre, el Dios de la nube rasgada, por donde Él veía vivir a su Israel. Yo entendía que la alabanza del Dios invisible que siendo «enorme y delicado», pesa sin pesar sobre cada cosa, era una obligación de loor relacionada al hecho de ser hombre, de decir palabra en lugar de dar vagido animal, y que cantarlo era el oficio de aquel David que se llamaba Músico y que daba al Señor el nombre de Mayor. Mientras que arde la llama del pino, tranquila,viendo a mis entrañas pienso qué hubiera sidoun hijo mío, infante con mi boca cansada,mi amargo corazón y mi voz de vencido. Todo ese vagabundeo entre plebes verbales y escrituras, paupérrimas, toda esa extendida distracción, no importaban mucho, nada es muy grave cuando la banalidad manosea solo en nuestros forros y no llega a la semilla del ser, a hincarse allí por mondarla y tirarla al basurero.
La Primavera Besaba
Qué alegre tu hombre en la fragua va a cantar o en la rueda del molino o en las jarcias y en el mar. Los ojitos que me diste ahora los debo gastar en proseguirte por los vales por el cielo y por el mar… Noel, dulce Noel, de las manazas florecidas de domes, de los ojos pícaros y azules y la barba en vellones!
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¿Cuándo asistí a ti en vano, libro de los hombres, único libro de los hombres? Por David amé el canto, mecedor de la amargura humana. En el Eclesiastés hallé mi viejo gemido de la vanidad de la vida, y tan mío llegó a ser vuestro acento que ni sé cuándo digo mi queja y cuándo repito solamente la de vuestros hombres de dolor y arrepentimiento. Nunca me fatigaste, como los poemas de los hombres. Siempre eres fresco, recién conocido, como la hierba de julio, y tu sinceridad es la única en que no hallo cualquier día pliego, mácula disimulada de patrañas. Tu desnudez amedrenta a los hipócritas y tu pureza es odiosa a los libertinos. Yo te amo todo, desde el nardo de la parábola hasta el adjetivo crudo de Los Números».
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- Hubo en mi seso una abeja enviciada en cáliz abierto de rosa de Sarón, o sea, en miel hebrea, y es que el patriarcalismo, siendo un clima humano, fué especialmente un clima de Su América.
- Aquella Historia tenía tres cuartos de Viejo Testamento, no llevaba añadido doctrinal y de este modo, mi libro se resolvió en un ancho desplegamiento de estampas, en un chorro de criaturas judías que me inundó la niñez.
En ningún caso, tus datos van a ser transferidos a terceros sin tu autorización. Nos dice Jean Franco, en su “Literatura latinoamericana” que Gabriel Mistral fue “Profundamente religiosa, fue también la versista de la desaparición, del dolor y de la separación. Disfruta de ingreso a millones de e-books, audiolibros, revistas y considerablemente más de Scribd. Los recortes son una manera práctica de catalogar diapositivas esenciales para volver a ellas después. Ahora puedes personalizar el nombre de un tablero de recortes para guardar tus recortes. Ingreso instantáneo a millones de e-books, audiolibros, gacetas, podcasts y considerablemente más.
Lucila Godoy Alcayaga, mucho más famosa como Gabriela Mistral, nació en Vicuña un 7 de abril de en este momento hace 120 años, esto es de 1889. Eligió su seudónimo en homenaje al arcángel San Gabriel y como tributo a un viento, el Mistral. El hijo nuestro hallará extendido 25 ya su pañal con suavidad de luna; el hijo nuestro va a encontrar henchido el labio ardiente de canción de cuna. Somos planteles de hijas todavía; haznos el alma recta y poderosa Para ser dignas era el sumo día 15 en que vamos a ser el plantel de esposas. Pero la ronda proseguirá, aunque en el cielo el sol no está. Tienes por nombre Rosa y yo Promesa; pero tu nombre olvidarás, pues vamos a ser una danza en la colina, y nada más. Exactamente el mismo verso cantaremos, al mismo paso bailarás.